El Camino de Santiago desde Castellón. Etapa 5. De la Vallivana a Morella

Con esta ya son 5 las etapas cubiertas por nuestros Rayitos del Camino de Santiago desde Castellón. Tras más de un año de espera donde los Rayitos no se animaban a hacer una nueva etapa, con ésta se retomó el Camino por partida doble.

En esta excursión se iban a hacer dos nuevas etapas aprovechando todo un fin de semana. Sería una excursión completa desde Vallivana hasta Sorita. Así se aprovechaba logística y kilómetros, porque poco a poco las caminatas se alejaban más de Castellón, el origen, y había que aprovechar los viajes.

A estas dos excursiones fueron 9 Rayitos. Ana, Bea, Elena, Javi, Isa, Kiko, Vicent, Raúl y Silvia.

Como eran menos de 10 personas, con dos coches tuvieron bastante para la logística de transporte. Había que dejar al grupo en la Vallivana y recoger a ese mismo grupo en Sorita, a 40 kilómetros de distancia. Además, había que llevar ropa de dormir y de repuesto a Morella, lugar de pernocta.

La ruta del primer día, la que iba desde el Santuario de la Vallivana a Morella era de poco más de 21 kilómetros y un desnivel acumulado de 568 metros. El perfil parecía bastante cómodo, 12 kilómetros subiendo de forma suave y después a llanear y bajar.

A las 7,30 quedaron todos los Rayitos en Castellón para salir. Con los dos coches llegaron a Vallivana, descargaron a los caminantes y esos mismos dos coches siguieron hasta Morella, a dejar uno de ellos con las maletas de la noche. El otro lo volvieron a bajar a Vallivana donde el resto les estaba esperando para comenzar la ruta. Estos trasiegos de coches cuestan más de contar que de hacer. Fue fácil, e iba a ser la tónica del fin de semana.

Por fin, tras todos los preparativos, los senderistas comenzaron a caminar a las 9.30. El objetivo inicial, y así estaba previsto en los tracks que se habían descargado, era seguir la ruta de la rogativa que hacen los vecinos de Morella a la virgen de la Vallivana. Una procesión que se realiza todos los años cuando no hay Sexeni, donde se baja de Morella a la Vallivana el primer sábado de mayo y se sube al día siguiente.

El inicio de esta romería se remonta al año 1478; ese año se acuerda que el primer sábado de mayo se vaya en procesión de romería, a visitar a la Virgen, en cada uno de los siguientes santuarios y por este orden: El primer año al de Mare de Déu de Vallivana; el segundo año al de Mare de Déu de La Balma, de Sorita; y al tercer año al de Mare de Déu de la Font, de Castellfort; continuando así todos los años por riguroso orden de rotación. Esta piadosa costumbre duró hasta el año 1620, en que se acordó por las autoridades, ir todos los años el primer sábado de mayo a visitar en romería a la Mare de Déu de Vallivana, cuya tradición viene cumpliéndose cada año, con un aumento de participación cada vez mayor, principalmente de jóvenes.

Seguir la ruta de la rogativa es relativamente fácil. Aparte de los tracks que llevan nuestros caminantes en los móviles, hay unas señales claras que van indicando el camino. Una serie de estacas con información indican hacían donde hay que ir y cuantos kilómetros llevas hechos y te faltan. Un lujo.

El comienzo es por una pista que sale del ermitorio de la Vallivana. Es más o menos cómoda y casi paralela a la carretera. La temperatura era perfecta, un poco de fresco, y el cielo amenazante dejaba escapar alguna gota. El grupo iba atravesando el barranc de la Vallivana en medio de un bonito bosque de encinas.

En el kilómetro 4 se cruza la carretera de Morella por un túnel y se sigue por el otro lado. Ese tramo está muy arreglado. Todo empedrado.

El firme va variando. Desde el asfalto de la antigua carretera general a una pista de tierra y piedras. Llegaba la hora del almuerzo y los senderistas buscaron un lugar para comer algo.

Fue en el kilómetro 5 donde pararon. Aquí comenzaba la zona del nuevo viaducto que eliminaba las 7,5 supercurvas del puerto de Querol. Desde allí se veía el primer túnel de la carretera. Se veían claramente la nueva carrera, la de hacía unos meses y la tercera, que se dejó de utilizar hacía muchos años.

El camino se desviaba de la ruta. Por un lado las señales que marcaban el Camino de Santiago iban por la carretera y el track que llevaban los caminantes les marcaba ir por una pista de tierra que subía.  Nuestros caminantes eligieron la segunda opción, quería mantenerse en el track.

La pista subía para salvar el obstáculo de suponía un túnel construido recientemente. Siguieron subiendo hasta que se encontraron con una valla de metal. Continuaron subiendo para rodear la valla hasta que  la pista se desvió. La única solución que tenían era seguir rodeando la valla campo a través. Al fondo del barranco veían la señal del camino de Santiago. Tenían que llegar hasta allí. El problema principal que tenían era que el track que estaban utilizando era del año 2020 y que, con todas las obras que se habían hecho a causa de la remodelación dela carretera, había tramos que ya no eran viables. El campo a través era la única opción.

Empezó a llover más. Con mucho cuidado de no resbalar y no caer por las piedras sueltas fueron pasando en fila india por al lado de la valla. La pendiente era hacia abajo y muy pronunciada. Por fin y no sin esfuerzo llegaron a una pista. como llovía mucho recularon un poco por la pista para refugiarse bajo de un puente del nuevo viaducto. 

Estaban el el kilómetro 5,8 y nuestros caminantes se pusieron los chubasqueros. Pronto volverían a la ruta que tenían controlada. Desde donde estaban se veía por donde ir. 

La lluvia no paraba pero los nuestros salieron. Volvía el camino cómodo y llegaron otra vez a pisar sobre el track. En el kilómetro 6,1 se entra dentro del barranc de la Bota por la pista del mismo nombre. 

Ahora la ruta se separa de la carretera y va adentrándose por el bonito barranc de la Bota. Mucha carrasca y el barranco seco.

En el kilómetro 8,4 las rutas volvían a separarse. La ruta de la rogativa seguía por la pista y la ruta del Camino de Santiago se adentraba por una senda a la izquierda. La senda tenía mejor pinta pero perderían la posibilidad de seguir el track. Si a partir de allí dejaban de ver las rayas amarillas se perderían irremisiblemente. Nuestros valientes eligieron esta opción.

El barranco que siguieron era muy chulo, era el Barranc de l'Ombria de Querol. Una senda les iba guiando con una subida continuada pero nada pesada. Javi iba de explorador buscando las flechas amarillas para seguir. Se llegó a un claro y, allá arriba estaba el mas del Noto, junto a la la carretera de Vallibona. Era el objetivo al que llegar. 

Llegaron a la carretera en el kilómetro 10 de la ruta. Parecía que poca tierra tocarían ya. Siguiendo la carretera se dirigieron al cruce de la carretera de Morella. El cruce no es un cruce típico de carreteritas, sino un cruce de grandes vías, con carriles de acceso y demás. Las últimas obras han hecho de este cruce una especie de scalextric en plena montaña. Los nuestros no tenían más remedia que seguir las flechas amarillas que les iban guiando.

De pronto, en la rotonda inferior del medio del cruce las flechas desaparecieron. Buscando, buscando, la exploradora Ana encontró que la ruta seguía por debajo de un túnel de desagüe de acceso un tanto complicado. Había que saltar a un canal para después pasar un túnel. Después, allí estaba la tan ansiada flecha amarilla del Camino. Raul se enfadó un poco porque el Camino en teoría debería se accesible y este tramo no lo era mucho.

Una vez superado el problema, la ruta seguía por la carretera dels Llivis. Estaban en el kilómetro 11 de la ruta. Estaban el port de Querol a 1.000 metros de altitud y por allí cerca pasaba el riu Bergantes de Morella, seco. La lluvia había parado y salió el sol. Picaba, pero el aire era fresco y hacía el camino cómodo. 

En medio de una larga recta el grupo comió algo. No había ninguna sombra y sólo un par de piedras para sentarse. Unos minutos antes, decenas de buitres estaban plantados en el mismo sitio comiendo algo que nuestros caminantes no alcanzaron a ver. Cuando los nuestros se acercaron, ellos salieron volando. Los senderistas comieron rapidito para seguir camino.

En el kilómetro 14,8 la ruta gira a a la derecha por una senda/assagador que llevó a los senderistas hasta el más de Nadal, en el kilómetro 17. Unos cientos de metros más allá se volvió a la carretera. Era la Carretera CV-12 "Ares del Maestre - Morella". Ahora ya se estaba casi en la meta.

Por la CV-12 se pasa por un Mirador de Morella donde nuestros héroes se hicieron muchas fotos. y, unos pocos kilómetros más adelante llegaron al fin de la quinta etapa del Camino de Santiago. Pero no, no era el final. El coche estaba en el barrio del Hostal Nou, abajo del pueblo. Elena, Javi, Kiko, Raúl y Silvia subieron en coche para dejar las maletas con Elena y Silvia y seguir hacia Vallivana a por el otro coche. El resto del grupo, Ana, Bea, Isa y Vicent subieron andando.

Hubo tan mala suerte que mientras unos subían en coche y otros subían andando cayó una tromba de agua que dejó remojados a los andarines y a Elena y Silvia mojándose mientras llevaban las maletas al apartamento desde el aparcamiento.

Nuestros senderistas habían recorrido de 21 a 23 kilómetros en la jornada. 

Los de Morella se hicieron cargo de los dos apartamentos que tenían reservados y los del coche llevaron uno a Sorita para el día siguiente. Con el otro volvieron a Morella.

Un ratito después, todos duchaditos y arregladitos, salieron a comerse Morella. Hiadratarse por la tarde y cenar por la noche. En Morella había mucho ambiente. Tanto ambiente que les costó un rato encontrar sitio para cenar. Al final un sitio cómodo les dio una cena digna y buena. 

Alrededor de las 22.30 se fueron a dormir. Algunas personitas tardaron u poco más porque se les hizo tarde charrando.

El día les había dejado buenas sensaciones, salvo Raúl, que andaba un poco tocado porque la excursión se le hizo un poco larga por falta de costumbre. Y todos esperaban del siguiente día para hacer otra etapa del Camino.

El grupo se sintió bien. Raúl llegó un poco justo y dudaba si seguir al día siguiente. Cuando se levantara decidiría.

Aun con la lluvia, buen día de excursión. Ni frio ni calor.